El síndrome de Pau Casals

A los nacionalismos no les gusta la historia, cuando se acercan a la realidad pasada no les gusta lo que encuentran y necesitan manipularlo para apuntalar su proyecto de construcción de un nuevo estado. El nacionalismo catalán no es, ni ha sido una excepción. Cuando el Tricentenari se abalanzó sobre nuestro pasado para distorsionarlo mediante una imponente campaña de comunicación, no trabajaban en terreno virgen ya que, desde hace más de un siglo, parte de la historiografía catalana se obcecó en transmitirnos un pasado glorioso, un enemigo despreciable y un sinfín de agravios que impiden a los catalanes desarrollarnos como nación basados en una interpretación forzada, cuando no inventada, del pasado.

 

Si observamos el pasado más reciente, la campaña del Tricentenario de 1714 supondría un ejemplo de cómo se habla de historia desde la óptica nacionalista en el siglo XXI. En aquella campaña se trasmitió una explicación cuanto menos partidista de la realidad catalana de 1714. De manera ingeniosa trasmitió una visión idílica y pseudo-democrática de nuestra realidad pasada, con una clara intencionalidad política y reivindicativa inmersa en el marco secesionista en boga en los últimos años.

Como decíamos, la fórmula utilizada no es nueva y las herramientas comunicativas para trasmitir mensaje son de lo más diversas. Por ejemplo, la polisemia y la historia se fundieron a la hora de escoger el lema de la campaña “Viure Lliure”. Su origen está en la bandera negra alzada por los defensores de Cardona en 1714 en la que se podía leer “Viurem Lliures o morirem”. La bandera negra, lemas aparte, significaba que la plaza no pedía ni concedía cuartel. Es decir, que estaba decidida a luchar hasta el final. Esa no fue la única bandera negra alzada tras la resolución de “Guerra a Ultrança” decretada por la Junta de Brazos de 1713. En Montjuic, sin embargo, se izó otra con la leyenda “Morts o els nostres privilegis conservats”, pero curiosamente se optó por la primera versión a la hora de buscar el lema del Tricentenario. http://www.11setembre1714.org/banderes/bandera-negra.htm

En efecto, “lliure” suena mejor que “privilegis”, aunque su significado incuce a engaño ya que las libertades que se pretendía conservar eran leyes escritas, de hecho, leyes feudales que poco o nada tenía que ver con el concepto actual de libertad. Y aquí tenemos la trampa del lenguaje diseñada a hacernos creer que lo que se perdió aquel aciago once de septiembre fue la libertad de los catalanes.

Basta visionar el video promocional para ver como se le cambia el sentido, preguntando a la gente sobre sensaciones que nada tienen que ver con lo sucedido hace 300 años, pero que trasmiten valores positivos como la libertad, interrelacionándola indirectamente con la perdida de los fueros en 1714.

http://www.youtube.com/watch?v=gG37ocl2e5I

La elección cuidadosa de las palabras a la hora de trasmitir una imagen idealizada de nuestro pasado va por los mismos derroteros. En el mismo contexto, pudimos ver por Barcelona grandes lonas que cubrían edificios enteros con la carátula de las Constituciones de 1702 o con el lema “Viure Lliure”. Palabras como “Constitucions, Parlament, Braç popular o Llibertats, son usadas con profusión en detrimento de otras como Usatges, Privilegis, Insaculació o Estament. Que, aunque forman parte de una misma realidad, podría alejar al receptor de información de la idea de pasado democrático que se pretende trasmitir.

En definitiva, una de las características de parte de la historiografía nacionalista catalana, ha sido la de crear un marco mental donde el común de los catalanes perciba que en su pasado como pueblo, eran una nación cuyo paso firme hacia la democracia se vio truncado por injerencias exteriores. Léase España y Francia. Sin duda, esta acepción ha triunfado, incluso en ambientes académicos donde se fuerza hasta la extenuación la búsqueda de elementos que intuyan dicho igualitarismo embrionario.

Como decíamos, el Tricentenari no fue un fenómeno nuevo, y desde principios del siglo XX una versión nacionalista de la historia se difundió en Cataluña calando en sectores influyentes de la sociedad. Un ejemplo, del éxito de esta política la tenemos en el memorable discurso que Pau Casals pronunció en la ONU. Hombre culto, magnifico violoncelista, universal y viajado como pocos; cayó en una serie de errores de interpretación histórica monumentales.

 

El 24 de octubre de 1971, en la Sede de las Naciones Unidas, al lado del Secretario General U-Tang, Pau Casals declamó uno de los discursos más emotivos que se han pronunciado en dicha sala. Ya muy anciano, de aspecto cansado y profundamente emocionado, trasmitió con credibilidad el mensaje que quiso universalizar. No hay duda de que Pau Casals creía hasta las últimas palabras que pronunció. No se vislumbra en él, deseo de confundir ni de mentir. Duró poco menos de un minuto, y en tan corto espacio de tiempo, explicó al mundo lo que a su entender fue Cataluña y su aportación decisiva a la democracia y a la paz mundial. Dijo así:

 

  • Dejadme que os diga una cosa.
  • Soy un catalán
  • Actualmente una provincia de España
  • Pero ¿qué fue Cataluña?
  • Cataluña fue la nación más grande del Mundo
  • Os diré porqué.
  • Cataluña tuvo el primer Parlamento, mucho antes que Inglaterra.
  • Cataluña acogió los inicios de las Naciones Unidas.
  • Todas las autoridades de Cataluña del siglo XI, se encontraron en una ciudad de Francia que entonces era catalana. Para hablar de Paz.
  • ¡en el siglo XI!
  • Paz en el mundo y en contra de las guerras
  • Eso era Cataluña…
  • Estoy tan contento, tan emocionado de estar aquí con vosotros.

 

En ese momento se emocionó y abrazo al U-Tang entre los aplausos del público. Magnifico discurso, aunque históricamente hablando, ni remotamente parecido a la verdad.

http://www.youtube.com/watch?v=5JZWfGf8wD4

 

La primera afirmación Pau Casals es indiscutible ya que sin duda era un catalán, y de fama incontestable, pero por lo demás, ni tan sólo dio en el blanco con la definición de la Cataluña de 1971, que por aquel entonces no era una provincia sino una región de España.

La primera incorrección grave va con doble sentido. Independientemente que el primer Parlamento del que se tiene constancia tuvo lugar en León en 1188,

http://www.lacronicadeleon.es/2010/02/09/vivir/en-las-cortes-de-1188-se-puso-el-fundamento-de-la-autoridad-politica-67970.htm

26 años antes que el celebrado en la Suda de Lérida en 1214, el mensaje que se quiere transmitir es que hace 800 años en Cataluña ya teníamos Parlamento. Cuando difundes una idea fuerza como está, el mensaje que le llegará al común de los mortales es que, si tenían parlamento, era una democracia.  Por un lado, Cataluña, para lo bueno y para lo malo, no ha estado nunca alejada del resto de Europa. El citado Parlamento, Cortes si hemos de ser precisos, al igual que el resto de las monarquías europeas de la época estaba formado de tres grupos, el eclesiástico, el nobiliario y el de las oligarquías ciudadanas. Es decir, por una minúscula elite feudal. Lejísimos de la idea liberal-democrática que se pretende transmitir. De hecho, la larga historia de las Cortes catalanas y de sus leyes, nació y se trunco en el marco de una sociedad feudal, con leyes feudales con sus estamentos, privilegios y soberanía limitada por derechos de sangre.

Por otro lado, el presentar a Catalunya como madre de la presente ONU rebasa todos los límites de la imaginación y de la mala interpretación de la historia.  Cuando habla de esta reunión por la paz en el siglo XI, Pau Casals, se refiere a las asambleas de “Pau i treva de Déu”,  http://www.parlament.cat/activitat/cataleg/TJC09.pdf celebradas a partir de la de Toluges 1027 e impulsadas por el Abad Oliva. Dicha iniciativa de la iglesia, muy común en la Europa de aquellos años, venía enmarcada en plena revolución feudal y en un clima de inusitada violencia y falta de poder condal. El absoluto terror reinante en aquel periodo provocada por una nobleza muy agresiva, impulso a la iglesia a buscar un acuerdo de mínimos que sobre todo garantizase la seguridad de sus bienes, y de paso, otorgase al campesinado local, cierta protección. Este primer paso, al que el compositor hace referencia, se limitó al condado de Rosellón, y a la diócesis de Elna, pactándose una tregua los sábados y lunes para respetar el precepto dominical y el robo de bienes de la iglesia so pena de excomunión. De ahí a ser los padres de la Organización de las Naciones Unidas, va un trecho, y este supuesto pacifismo innato en los catalanes, http://pauitreva.estatdepau.cat/ surgió precisamente por lo contrario, insistiendo como no, que tanto la violencia feudal, como los intentos de la iglesia por contenerla fueron comunes en toda Europa durante aquellos años.

 

Sin extenderme más, vemos como la difusión de un pasado virtual politizado en exceso cala aún en mentes preclaras. El uso de palabras de uso cotidiano que hoy se refieren a instituciones democráticas, hace sólo trescientos años tenían un significado completamente diferente. Cataluña no tuvo el primer parlamento de Europa, ni cuando lo tuvo era ni lejanamente democrático. La paz y tregua de Dios no fue ni remotamente el origen de la Sociedad de Naciones y de la paz mundial. En definitiva, la Cataluña del no fue ni más ni menos que cualquier otro conglomerado de feudos independientes típico de una de las eras más oscuras de occidente.

 

 

 

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Oscar Uceda
Licenciado en historia contemporánea por la Universitat de Lleida en 1993, es miembro del Consejo Social de la UdL, vicepresidente tercero de SCC y presidente de Historiadors de Catalunya (AHCAC). Autor de diversos libros y artículos sobre historia militar en Lleida en época moderna, conferenciante y colaborador con numerosas asociaciones culturales, medios de comunicación y universidades.

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