12 de septiembre de 1714
El 11 de septiembre se conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas al mando del duque de Berwick. El Parlament aprobó la Ley 12/1980 por la cual se instauraba la Fiesta Nacional de Catalunya la jornada del 11 de septiembre. Debemos preguntarnos: ¿Cayó o capituló Barcelona? ¿Realmente fue ese día?
Al mediodía del 11 de septiembre de 1714 la situación era muy complicada. Rafael de Casanova y Antonio de Villarroel estaban heridos. Había muertos y heridos por todas partes. La Junta de los 24 decidió reunirse. Antes llegaron noticias. El coronel Pablo Tohar, desde el sector de San Agustín, había batido tambor, siguiendo las órdenes de Villarroel, solicitando parlamentar con el ejército borbónico. Fue escuchado por Berwick y éste decretó un alto el fuego hasta las cinco de la tarde. Sin saberlo frustró el ataque final a la ciudad. En los alrededores de las murallas había 12.000 hombres de refresco esperando una señal para dar el golpe definitivo. Gracias a Pablo Tohar éste nunca se produjo.
La tregua finalizaría a las 17 horas. Se tenía que llegar a un acuerdo o solución. ¿Qué ocurrió? La Junta de los 24 supo que Villarroel deseaba que la ciudad se rindiera antes del anochecer o quedaría devastada. Todos concluyeron que la capitulación, en esos momentos, era la salida más honrosa.
Berwick sabía que el final estaba cerca, que si decidía dar la orden de ataque, la ciudad caería en minutos. También era conocedor de que muchas personas inocentes fallecerían,, por eso anunció que el alto el fuego se mantendría hasta la medianoche.
El ministro Verneda les comentó a los Tres Comunes que el Emperador Carlos le ofrecería a Felipe V la entrega del reino de Mallorca e Ibiza, siempre y cuando Cataluña y Mallorca conservaran sus fueros, privilegios, costumbres e inmunidades como antaño. Aquello levantó unos muy decaídos ánimos.
A las 18 horas salieron hacia el campo francés el general Jacinto Oliver, Mariano Duran, el coronel Juan Francisco Ferrer y Martin de Zubiria. Aquellos hombres comentaron cuáles eran sus condiciones para capitular. Repitieron las palabras de Verneda. Berwick no aceptó. ¿Por qué? El final de la guerra se había pactado en el Congreso de Badem. Esto no se había puesto encima de la mesa. Es más, el pacto se había firmado el 7 de septiembre. Berwick, conocedor de todo esto, no quiso negociar. Eso sí, fue indulgente y les comentó que, si capitulaban, respetaría la vida y la libertad de los sitiados. Amplió la tregua hasta las 12 del mediodía del 12 de septiembre.
Finalmente Barcelona capituló -no cayó- a las 15 horas del 12 de septiembre de 1714. En el último segundo exigieron a Berwick que en el documento de capitulación no se pusiera la frase «rendidas a discreción». Aceptó para no humillar más a la ciudad.
La Ley 12/1980 y lo que nos han explicado es un fake histórico. El final de la guerra tuvo poco de romántico y mucho de trágico por la obcecación de sus dirigentes.
[…] primer ‘fake’ histórico que desmonta esta asociación en la mencionada campaña es sobre el 11 de septiembre de 1714, y el porqué ese día no capitularon los defensores de Barcelona a las tropas […]
[…] primer ‘fake’ histórico que desmonta esta asociación en la mencionada campaña es sobre el 11 de septiembre de 1714, y el porqué ese día no capitularon los defensores de Barcelona a las tropas […]
Muy bueno y clarificador
¡Señor! Es realmente patético.
A ver. El 11 de septiembre se CON-ME-MO-RA ( Conmemorar: Recordar un acontecimiento histórico mediante la celebración de un acto solemne) la derrota de Barcelona y todo lo que ello comportó a posteriori.
¿El último ataque comenzó el 11 y finalizó 12? Ok, igual se decidió conmemorar el hecho el día 11, quizás es cuando más gente murió, quién sabe.
Otro ejemplo, el 25 de diciembre celebramos el nacimiento de Jesús… pero, ¿Sabéis qué? Os tengo otra Fake News… No, Jesús no nació un 25 de diciembre… ¿Y? ¿A quién le importa? Sigue siendo una fecha entrañable… ¿O no?
¿Comparas un hecho histórico del que existe documentación con unas creencias religiosas? Quizás en el afán de defender una historia de un lado y el otro estamos entrando en convertir los nacionalismos en la religión de nuestros tiempos.