Artur Mas. El president «tse-tse»
En su reciente viaje a Estados Unidos, Artur Mas quiso impresionar a los pocos periodistas americanos que le dedicaron alguna atención aduciendo que es el 129º presidente de la Generalitat. En la radio pública de Nueva York, no dudó a comparar esa llamativa cifra con el hecho de que Barack Obama es tan solo el 44º presidente americano. La cuestión de fondo que quería transmitir salta a la vista, ¿por qué un país con tantos presidentes no podría acceder a la independencia? Pocos días después, en su alocución ante los dirigentes de 36 países reunidos en la cumbre euromediterránea, subrayó su condición de centésimo vigésimo noveno presidente de una de las instituciones más antiguas de Europa. Nuevamente, el recurso a la historia como fuente de legitimación de la apuesta secesionista.
En la página oficial (gencat.cat/sacdocs/PRE/1609.pdf), se puede encontrar el listado de presidentes extraído de la obra dirigida por Josep M. Solé i Sabaté, ‘Historia de la Generalitat de Catalunya i dels seus presidents’ (2003) que se remonta nada menos que a 1359 cuando supuestamente fue nombrado el primer ‘president’. Ahora bien, si se lee con atención el texto que justifica dicha relación, se verá que para las épocas medieval y moderna no se habla de presidentes, sino del diputado eclesiástico de más preeminencia, que presidía los actos oficiales. En realidad, desde el primero en la lista, Berenguer de Cruïlles (1359), hasta el 121, Josep de Vilamala (1714), no fueron tratados nunca como presidentes, sino como diputados eclesiásticos de la Diputación del General. El historiador Òscar Uceda, con una tesis doctoral en marcha sobre la guerra de sucesión, ha puesto en evidencia que esa lista no es más que un nuevo invento de la tradición al servicio del discurso nacionalista. Sirva como ejemplo la muerte del 117º president, Francesc de Valls i Freixa, durante el asedioaustriacista de Barcelona de 1705, hábilmente ocultada en la celebración del Tricentenario por tratarse de un ‘botifler’. En la importante crónica de Francisco de Castellví, ‘Narraciones Históricas’, en ningún momento se habla del president Valls, sino del diputado eclesiástico.
Para empeorar las cosas, la lista publicada no corresponde a una enumeración rigurosa, sino a una selección arbitraria. Se excluyen a diputados que ejercieron ese supuesto cargo de presidente, como los diputados nombrados por Juan II (padre de Fernando el Católico) al encontrarse en guerra contra la nobleza. Pese a todo la Generalitat existía desde mediados del siglo XIV, y uno de los diputados eclesiásticos, normalmente el de mayor edad, tenía la distinción de ser el preeminente. Ahora bien, ¿era parecida a la actual en cuanto a sus funciones? La respuesta es no. La Diputación del General era una institución permanente compuesta por representantes de los brazos eclesiástico, militar (nobleza) y real (oligarquía ciudadana). Su función principal era la de recaudar impuestos destinados a las arcas reales en Catalunya y poco más. Una suerte de agencia tributaria encabezada por un religioso.
En 1931 se puso en marcha la nueva Generalitat, que nada tenía que ver con la institución medieval, sino que era muy parecida a una comunidad autónoma actual. La elección del nombre se debió unas circunstancias políticas muy concretas. Fue la solución que propuso el socialista Fernando de los Ríos, ministro de Justicia tras proclamarse la II República en abril, para convencer a Francesc Macià de reconvertir su república catalana en un autogobierno provisional hasta que las Cortes aprobasen la nueva Constitución y el Estatut.
Nuevamente, la elección de quien merece el rango de presidente no se ampara en criterios de elección directa o de ejercicio efectivo del gobierno, pues hasta 1980 solo hubo elecciones al Parlament en 1932, sino en apreciaciones políticas. En la lista aparece Josep Irla, presidente en el exilio desde 1940 a 1954, que evidentemente no llegó a gobernar, y es excluido el coronel Francisco Jiménez, presidente accidental de la Generalitat de octubre de 1934 a enero de 1935 tras el fallido alzamiento de Lluís Companys. En esa fecha, el Gobierno de la República sustituyó la figura del ‘president’ de la Generalitat, por el gobernador general de Catalunya que tenía atribuciones similares, pero bajo su control. Hasta febrero del 36 ocuparon el cargo nada menos que siete gobernadores. Vistos los laxos patrones que, como hemos visto, se han utilizado para fabricar la lista oficial, también habría argumentos para incorporarlos. De hacerlo así, y puestos a ser irreverentes, desde Macià hasta Montilla, Mas sería tan solo el presidente 16º. El setzè, en catalán. O, si me permiten la broma fonética, el ‘president’ tse-tse. Como la mosca del sueño. Porque nos duerme y aburre a todos con su proceso soberanista.
Por Joaquim Coll
Publicado en El Periódico de Catalunya el sábado, 25 de abril de 2015

El décimo presidente de la Generalitat
En referencia a la polémica generada por el número real de presidentes de la Generalidad que ha habido a través de la historia, Historiadors de Catalunya defiende que el actual presidente, Joaquim Torra i Pla, es el décimo que ocupa este cargo de forma efectiva. Los criterios que se han utilizado son los siguientes:
1.- La actual Generalidad de Cataluña no es heredera de la Diputación de General o Generalidad medieval. Aquella institución, formada por cuatro representantes de cada estamento: eclesiástico, nobiliario y ciudadano, tenía como máxima función la recaudación de impuestos para la Corona. No contaba con presidentes, el listado procede de Josep Maria Solé i Sabaté en Historia de la Generalitat de Catalunya i els seus presidents” (2003), a pesar de que el autor aclara que no existía en época medieval y moderna tal figura, utilizándose el diputado eclesiástico de más edad para formar la lista. Es decir, los 121 primeros presidentes de la lista que hace al MHP Joaquim Torra el presidente 131, no eran presidentes.
2.- El listado elegido comenzaría con Francesc Macià, como primer presidente de la autonomía catalana. La utilización del término “Generalidad” se hizo a propuesta de Fernando de los Ríos, diputado andaluz del PSOE y futuro ministro de Justicia con el gobierno de Niceto Alcalá Zamora con el objetivo de poner fin a la efímera República Catalana declarada por Macià el 14 de abril de 1931.
3.- El listado escogido incluye al presidente interino, desde el 7 de octubre de 1934, Francisco Jiménez Arenas que ejerció en el cargo hasta el 14 de diciembre con la creación del Consejo de la Generalidad. Este Consejo no tendría presidentes, sino gobernadores siendo una institución diferente a la Generalidad autónoma.
4.- Sólo se cuantifica una vez los que repitieron mandato, como en el caso de Companys.
5.- El listado no incluye a Josep Irla i Bosch, ya que no ejerció su cargo de forma efectiva al encontrarse exiliado desde el final de la Guerra Civil.
6.- El cuarto presidente fue Josep Tarradellas Joan, primer presidente de la Generalidad, restaurada el 29 de septiembre de 1977 por el presidente del gobierno español Adolfo Suarez González.
7.- Los restantes presidentes corresponden al actual periodo constitucional y estatutario.
8.- La lista que proponen Historiadors de Catalunya por ser la más razonable a nuestro entender en términos históricos es:
- Francesc Macià i Llussà
- Lluis Companys i Jover
- Francisco Jiménez Arenas
- Josep Tarradellas i Joan
- Jordi Pujol i Soley
- Pasqual Maragall i Mira
- José Montilla Aguilera
- Artur Mas i Gavarró
- Carles Puigdemont Casamajó
- Joaquim Torra i Pla
NOTA DE PREMSA
En referència a la polèmica generada pel nombre real de presidents de la Generalitat que hi ha hagut a través de la història, Historiadors de Catalunya defensa que l’actual President, Joaquim Torra i Pla és el desè que ocupa aquest càrrec de forma efectiva. Els criteris que s’han utilitzat son els següents:
1.- L’actual Generalitat de Catalunya no és hereva de la Diputació del General o Generalitat medieval. Aquella institució, formada per quatre representants de l’estament eclesiàstic, nobiliari i urbà, tenia com a màxima funció la recaptació d’impostos per a la Corona. No existia la figura de president, com es demostra al llistat extret de Josep Maria Solé i Sabaté a Historia de la Generalitat de Catalunya i dels seus presidents (2003), on l’autor ja aclareix que no existia en època moderna aquesta figura, sinó que s’utilitzava el diputat eclesiàstic de més edat per formar la llista. Es a dir, els 121 primers presidents de la llista que fa al MHP Joaquim Torra el president 131è, no eren presidents.
2.- El llistat triat començaria amb Francesc Macià com a primer president de l’autonomia catalana. La utilització del terme “Generalitat” es va fer a proposta de Fernando de los Ríos, diputat andalús del PSOE y futur ministre de Justícia amb el govern de Niceto Alcalá Zamora per tal de posar fi a l’efímera República Catalana declarada per Macià el 14 de abril de 1931.
3.- El llistat triat inclou al president interí des del 7 d’octubre de 1934, Francisco Jiménez Arenas que va exercir en el càrrec fins al 14 de desembre amb la creació del Consell de la Generalitat. Aquest Consell no tindria presidents, sinó governadors, sent una institució diferent a la Generalitat autònoma.
4.- No s’inclou als que van repetir mandat com es el cas de Companys, que va exercir de president de la Generalitat de nou a partir de febrer de 1936 fins al final de la guerra.
5.- El llistat no inclou a Josep Irla i Bosch ja que no va exercir el seu càrrec de forma efectiva al trobar-se exiliat des del final de la Guerra Civil.
6.- El quart president va ser Josep Tarradellas Joan, primer president de la Generalitat restaurada el 29 de setembre de 1977 pel president Adolfo Suárez.
7.- La resta de presidents, són els de l’actual període constitucional i estatutari.
8.- La llista que proposa Historiadors de Catalunya, al ser més raonable en termes històrics, és:
- Francesc Macià i Llussà
- Lluis Companys i Jover
- Francisco Jiménez Arenas
- Josep Tarradellas i Joan
- Jordi Pujol i Soley
- Pasqual Maragall i Mira
- José Montilla Aguilera
- Artur Mas i Gavarró
- Carles Puigdemont Casamajó
- Joaquim Torra i Pla
Museu d’Història de Catalunya, un museo al servicio del nacionalismo
Los efectos de la política del momento invaden todos los ámbitos, incluso aquellos que no deberían invadirse. Los museos no son diferentes, por supuesto, y menos uno nacido con unos fines ideológicos. Estamos hablando del Museu d’Història de Catalunya, ese museo al que acuden todos los colegiales catalanes a empaparse de espíritu nacional, donde habita más el mito que la historia, pero parece que nadie quiere darse cuenta. Este museo nació con una intencionalidad concreta: fomentar el espíritu nacional y ser una herramienta para el adoctrinamiento de los más pequeños. Entre su misión está la de “enfortir la identificació dels ciutadans amb la història nacional”(sic), así que luego no nos escandalicemos con lo que aprenden nuestros niños.
La moda del “empaperem” ha llegado también ahí, llenando todos los mostradores de carteles de contenido reivindicativo, tendencioso y descontextualizado. Varios ejemplos podemos encontrar, entre ellos un cartel firmado por el gran Antoni Gaudí que dice “Sense la independència, no hi ha possibilitats de crear a Catalunya una política justa, honesta i regenerada”. Otro de Ovidio con “Parlar de democracia i al mateix temps fer callar Lluís M. Xirinacs, el declarado “amigo de ETA”, con varias frases entre ellas, “La llei ha estat feta per al poble, i no pas el poble per a la llei”. El anarcosindicalista Salvador Seguí, “A nosaltres, els treballadors, com sigui que amb una Catalunya independent no hi perdriem res, ans al contrari, hi guanyariem molt, la independencia de la nostra terra no ens fa cap por”. Entre otros muchos ejemplos con clara intencionalidad política.
Éste es un museo dirigido principalmente a estudiantes, los llevan desde los colegios a “aprender historia” por ser interactivo y muy didáctico, cuando en realidad encubre grandes dosis de adoctrinamiento histórico y también político. Realmente, ¿este contenido es el adecuado para un museo que pretende ser de historia? ¿Por qué no son más valientes y cambian el nombre para no engañar? ¿Debemos pagar entre todos la propaganda para unos pocos? En pleno 155 se sigue permitiendo este tipo de adoctrinamiento, parece que nadie quiere darse cuenta de lo que ocurre en Cataluña. Incluso algunos afirman que aquí no se adoctrina, que todo está en orden. Pasen y vean, que esto es indignante.
Vera-Cruz Miranda
Arnau de Torroja, un catalán ilustre y universal
El pasado 21 de abril se ha celebrado en Verona un acontecimiento de notable importancia para la historia de la Corona de Aragón, con ocasión del descubrimiento del sarcófago del 9º Gran Maestre de la Orden del Temple Arnau de Torroja (Solsona 1120- Verona 1184).
Arnau de Torroja viajó a Jerusalén cuando su predecesor Eudes de Saint-Amand (+ 1179) había muerto en prisión en Damasco. De regreso a España se hospedó en Verona en la casa del Temple donde murió. Lo enterraron según parece, en la Iglesia del Temple de San Vitale. Esta Iglesia después de la disolución de la Orden del Temple pasó a manos de los Caballeros de Malta, y quedó destruida a causa de una inundación del rio Adige, en el siglo XVIII, y los objetos que se pudieron recuperar se distribuyeron en las iglesias cercanas como la de San Fermo Maggiore, también en Verona.
Hace unos años detrás de una pared de la iglesia de San Fermo se encontró un sarcófago con la cruz Templaria, con los restos, seguramente, de Arnau Torroja. El descubrimiento se produjo gracias a la intuición del Magister del Temple de la Asociación Templaria Católica de Italia, Mauro Giorgio Ferreti.
En 2016 fue abierto el sarcófago por el equipo científico italiano formado por el antropólogo de la Universidad de Bolonia, Mn. Fiorenzo Facchini, junto con el arqueólogo de la universidad de Bolonia, Giampiero Bagni. Los restos óseos hallados correspondían aproximadamente a la edad que tenía Arnau de Torroja, y encontraron, junto a ellos, un sudario de seda que indicaba que pertenecía a una persona preeminente. La datación por radiocarbono de los restos por el laboratorio de la Universidad de Salento son coherentes con la datación cronológica de Arnau de Torroja.
Los trabajos para estudiar y verificar, que los restos contenidos en el sarcófago descubierto en Verona, pertenecían a Arnau de Torroja han adquirido una nueva orientación a partir del estudio que realicé de la heráldica de su hermano Guillermo de Torroja, obispo de Barcelona, del 1147 al 1171, y arzobispo de Tarragona del 1171 al 1174, según es de ver en el “Armorial de los obispos de Barcelona siglos XII al XXI” (Barcelona, 2016).
Su hermano, el arzobispo Guillermo de Torroja, murió en Tarragona en 1174 y fue enterrado en la Catedral de Tarragona y más tarde trasladado a la Capilla de Santa Bárbara de dicha Catedral, junto a las urnas funerarias de otros obispos, donde actualmente se encuentra.
Después de tratarlo con el Dr. Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona, y con el Capítulo de la Catedral de Tarragona, se procedió a exhumar los restos del arzobispo Guillermo de Torroja con el fin de poder estudiarlos y compararlos con los de su hermano Arnau. A tal fin, con las muestras extraídas se realizarán las pruebas genéticas y antropológicas necesarias, todo ello bajo la dirección del Dr. Carles Lalueza Fox del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona (CSIC-Universidad Pompeu Fabra) y en colaboración con la Universidad de Harvard.
Este estudio de Arnau de Torroja resulta de especial interés para la historia de la Corona de Aragón en sus inicios. Los Torroja, señores del Castillo de Solsona, estaban emparentados con el conde Ramón Berenguer IV, los vizcondes y condes de Urgel, así como los de Cardona. Tanto Arnau como Guillermo de Torroja participaron y colaboraron en las empresas del Ramón Berenguer IV, especialmente en las conquistas de Tortosa y Lleida, ayudándole también a que la orden del Cister se asentase por primera vez en Cataluña, en el actual Monasterio de Poblet, y sobre todo en el inicio y desarrollo de la orden del Temple.
La extensión de la orden del Temple en la Marca Hispánica fue posible gracias al apoyo recibido de Alfonso I el Batallador rey de Aragón (1073-1134), Ramón Berenguer III conde de Barcelona (1182-1131) y Ramón Berenguer IV conde de Barcelona y Príncipe de Aragón, así como de otros personajes de la Corona de Aragón.
El resultado del estudio que se está llevando a cabo sobre Arnau y Guillem de Torroja es de gran interés para articular la historia de la Corona de Aragón con la Orden de los Templarios.
Leticia Darna
Dra. en Historia UB
El síndrome de Pau Casals
A los nacionalismos no les gusta la historia, cuando se acercan a la realidad pasada no les gusta lo que encuentran y necesitan manipularlo para apuntalar su proyecto de construcción de un nuevo estado. El nacionalismo catalán no es, ni ha sido una excepción. Cuando el Tricentenari se abalanzó sobre nuestro pasado para distorsionarlo mediante una imponente campaña de comunicación, no trabajaban en terreno virgen ya que, desde hace más de un siglo, parte de la historiografía catalana se obcecó en transmitirnos un pasado glorioso, un enemigo despreciable y un sinfín de agravios que impiden a los catalanes desarrollarnos como nación basados en una interpretación forzada, cuando no inventada, del pasado.
Si observamos el pasado más reciente, la campaña del Tricentenario de 1714 supondría un ejemplo de cómo se habla de historia desde la óptica nacionalista en el siglo XXI. En aquella campaña se trasmitió una explicación cuanto menos partidista de la realidad catalana de 1714. De manera ingeniosa trasmitió una visión idílica y pseudo-democrática de nuestra realidad pasada, con una clara intencionalidad política y reivindicativa inmersa en el marco secesionista en boga en los últimos años.
Como decíamos, la fórmula utilizada no es nueva y las herramientas comunicativas para trasmitir mensaje son de lo más diversas. Por ejemplo, la polisemia y la historia se fundieron a la hora de escoger el lema de la campaña “Viure Lliure”. Su origen está en la bandera negra alzada por los defensores de Cardona en 1714 en la que se podía leer “Viurem Lliures o morirem”. La bandera negra, lemas aparte, significaba que la plaza no pedía ni concedía cuartel. Es decir, que estaba decidida a luchar hasta el final. Esa no fue la única bandera negra alzada tras la resolución de “Guerra a Ultrança” decretada por la Junta de Brazos de 1713. En Montjuic, sin embargo, se izó otra con la leyenda “Morts o els nostres privilegis conservats”, pero curiosamente se optó por la primera versión a la hora de buscar el lema del Tricentenario. http://www.11setembre1714.org/banderes/bandera-negra.htm
En efecto, “lliure” suena mejor que “privilegis”, aunque su significado incuce a engaño ya que las libertades que se pretendía conservar eran leyes escritas, de hecho, leyes feudales que poco o nada tenía que ver con el concepto actual de libertad. Y aquí tenemos la trampa del lenguaje diseñada a hacernos creer que lo que se perdió aquel aciago once de septiembre fue la libertad de los catalanes.
Basta visionar el video promocional para ver como se le cambia el sentido, preguntando a la gente sobre sensaciones que nada tienen que ver con lo sucedido hace 300 años, pero que trasmiten valores positivos como la libertad, interrelacionándola indirectamente con la perdida de los fueros en 1714.
http://www.youtube.com/watch?v=gG37ocl2e5I
La elección cuidadosa de las palabras a la hora de trasmitir una imagen idealizada de nuestro pasado va por los mismos derroteros. En el mismo contexto, pudimos ver por Barcelona grandes lonas que cubrían edificios enteros con la carátula de las Constituciones de 1702 o con el lema “Viure Lliure”. Palabras como “Constitucions, Parlament, Braç popular o Llibertats, son usadas con profusión en detrimento de otras como Usatges, Privilegis, Insaculació o Estament. Que, aunque forman parte de una misma realidad, podría alejar al receptor de información de la idea de pasado democrático que se pretende trasmitir.
En definitiva, una de las características de parte de la historiografía nacionalista catalana, ha sido la de crear un marco mental donde el común de los catalanes perciba que en su pasado como pueblo, eran una nación cuyo paso firme hacia la democracia se vio truncado por injerencias exteriores. Léase España y Francia. Sin duda, esta acepción ha triunfado, incluso en ambientes académicos donde se fuerza hasta la extenuación la búsqueda de elementos que intuyan dicho igualitarismo embrionario.
Como decíamos, el Tricentenari no fue un fenómeno nuevo, y desde principios del siglo XX una versión nacionalista de la historia se difundió en Cataluña calando en sectores influyentes de la sociedad. Un ejemplo, del éxito de esta política la tenemos en el memorable discurso que Pau Casals pronunció en la ONU. Hombre culto, magnifico violoncelista, universal y viajado como pocos; cayó en una serie de errores de interpretación histórica monumentales.
El 24 de octubre de 1971, en la Sede de las Naciones Unidas, al lado del Secretario General U-Tang, Pau Casals declamó uno de los discursos más emotivos que se han pronunciado en dicha sala. Ya muy anciano, de aspecto cansado y profundamente emocionado, trasmitió con credibilidad el mensaje que quiso universalizar. No hay duda de que Pau Casals creía hasta las últimas palabras que pronunció. No se vislumbra en él, deseo de confundir ni de mentir. Duró poco menos de un minuto, y en tan corto espacio de tiempo, explicó al mundo lo que a su entender fue Cataluña y su aportación decisiva a la democracia y a la paz mundial. Dijo así:
- Dejadme que os diga una cosa.
- Soy un catalán
- Actualmente una provincia de España
- Pero ¿qué fue Cataluña?
- Cataluña fue la nación más grande del Mundo
- Os diré porqué.
- Cataluña tuvo el primer Parlamento, mucho antes que Inglaterra.
- Cataluña acogió los inicios de las Naciones Unidas.
- Todas las autoridades de Cataluña del siglo XI, se encontraron en una ciudad de Francia que entonces era catalana. Para hablar de Paz.
- ¡en el siglo XI!
- Paz en el mundo y en contra de las guerras
- Eso era Cataluña…
- Estoy tan contento, tan emocionado de estar aquí con vosotros.
En ese momento se emocionó y abrazo al U-Tang entre los aplausos del público. Magnifico discurso, aunque históricamente hablando, ni remotamente parecido a la verdad.
http://www.youtube.com/watch?v=5JZWfGf8wD4
La primera afirmación Pau Casals es indiscutible ya que sin duda era un catalán, y de fama incontestable, pero por lo demás, ni tan sólo dio en el blanco con la definición de la Cataluña de 1971, que por aquel entonces no era una provincia sino una región de España.
La primera incorrección grave va con doble sentido. Independientemente que el primer Parlamento del que se tiene constancia tuvo lugar en León en 1188,
26 años antes que el celebrado en la Suda de Lérida en 1214, el mensaje que se quiere transmitir es que hace 800 años en Cataluña ya teníamos Parlamento. Cuando difundes una idea fuerza como está, el mensaje que le llegará al común de los mortales es que, si tenían parlamento, era una democracia. Por un lado, Cataluña, para lo bueno y para lo malo, no ha estado nunca alejada del resto de Europa. El citado Parlamento, Cortes si hemos de ser precisos, al igual que el resto de las monarquías europeas de la época estaba formado de tres grupos, el eclesiástico, el nobiliario y el de las oligarquías ciudadanas. Es decir, por una minúscula elite feudal. Lejísimos de la idea liberal-democrática que se pretende transmitir. De hecho, la larga historia de las Cortes catalanas y de sus leyes, nació y se trunco en el marco de una sociedad feudal, con leyes feudales con sus estamentos, privilegios y soberanía limitada por derechos de sangre.
Por otro lado, el presentar a Catalunya como madre de la presente ONU rebasa todos los límites de la imaginación y de la mala interpretación de la historia. Cuando habla de esta reunión por la paz en el siglo XI, Pau Casals, se refiere a las asambleas de “Pau i treva de Déu”, http://www.parlament.cat/activitat/cataleg/TJC09.pdf celebradas a partir de la de Toluges 1027 e impulsadas por el Abad Oliva. Dicha iniciativa de la iglesia, muy común en la Europa de aquellos años, venía enmarcada en plena revolución feudal y en un clima de inusitada violencia y falta de poder condal. El absoluto terror reinante en aquel periodo provocada por una nobleza muy agresiva, impulso a la iglesia a buscar un acuerdo de mínimos que sobre todo garantizase la seguridad de sus bienes, y de paso, otorgase al campesinado local, cierta protección. Este primer paso, al que el compositor hace referencia, se limitó al condado de Rosellón, y a la diócesis de Elna, pactándose una tregua los sábados y lunes para respetar el precepto dominical y el robo de bienes de la iglesia so pena de excomunión. De ahí a ser los padres de la Organización de las Naciones Unidas, va un trecho, y este supuesto pacifismo innato en los catalanes, http://pauitreva.estatdepau.cat/ surgió precisamente por lo contrario, insistiendo como no, que tanto la violencia feudal, como los intentos de la iglesia por contenerla fueron comunes en toda Europa durante aquellos años.
Sin extenderme más, vemos como la difusión de un pasado virtual politizado en exceso cala aún en mentes preclaras. El uso de palabras de uso cotidiano que hoy se refieren a instituciones democráticas, hace sólo trescientos años tenían un significado completamente diferente. Cataluña no tuvo el primer parlamento de Europa, ni cuando lo tuvo era ni lejanamente democrático. La paz y tregua de Dios no fue ni remotamente el origen de la Sociedad de Naciones y de la paz mundial. En definitiva, la Cataluña del no fue ni más ni menos que cualquier otro conglomerado de feudos independientes típico de una de las eras más oscuras de occidente.
Gracias a todos!!
Queremos agradecer a todos los que vinieron a firmar y al gran éxito de nuestro libro. Gracias a todos.